El papel de Lacuniacha en la conservación de la fauna pirenaica
En las profundidades del Pirineo Aragonés, entre bosques centenarios, senderos de montaña y miradores naturales, se encuentra Lacuniacha, un parque faunístico diferente. Más allá de ser un destino turístico o un espacio de observación animal, Lacuniacha se ha consolidado como un auténtico refugio de vida, por su papel en la conservación de la fauna pirenaica. La educación y la sensibilización medioambiental se entrelazan para proteger un patrimonio natural único: la fauna pirenaica.
Un parque con misión: proteger y divulgar
Desde sus inicios, Lacuniacha nació con una vocación clara: acoger y cuidar animales que viven o han vivido en los Pirineos, muchos de ellos en peligro de extinción o rescatados de entornos donde no podían sobrevivir. El parque ofrece 30 hectáreas de monte, donde las especies habitan en semilibertad en recintos amplios que reproducen su hábitat natural con fidelidad. Este modelo, basado en el bienestar animal y el respeto por sus ritmos y comportamientos, ha sido pionero en el sector y hoy representa una referencia de buenas prácticas en el ámbito de los parques faunísticos.
Una fauna con historias que contar
Actualmente, en Lacuniacha conviven más de 120 individuos de 15 especies animales, entre las que se encuentran el lobo, el oso pardo, el bisonte europeo, el caballo de Przewalski, el lince boreal, el ibex alpino o el ciervo, entre otros. Muchas de estas especies están ligadas históricamente a los ecosistemas pirenaicos, pero su presencia en libertad ha disminuido drásticamente debido a la presión humana, la caza o la destrucción de sus hábitats.
Cada animal que llega a Lacuniacha tiene una historia. Algunos han sido rescatados de centros en los que no recibían cuidados adecuados, otros proceden de programas de recuperación y cría en cautividad, y muchos forman parte de proyectos europeos de conservación, como es el caso del bisonte europeo o el caballo de Przewalski, cuyo número en libertad apenas supera los mil ejemplares en todo el mundo.
Un ecosistema abierto, vivo y dinámico
Lacuniacha no es un recinto cerrado al entorno. Todo lo contrario. Sus vallas están diseñadas para permitir la entrada y salida de la fauna autóctona del entorno, como zorros, aves rapaces, tejones, ardillas o gatos monteses, que cohabitan libremente en los alrededores del parque. Esta característica convierte a Lacuniacha en un espacio permeable al ecosistema natural, favoreciendo la conectividad ecológica y permitiendo la observación de interacciones reales entre especies.
Además, el parque se encuentra dentro de la Reserva de la Biosfera Ordesa Viñamala, un reconocimiento internacional que garantiza la riqueza ecológica de la zona y promueve un modelo de desarrollo sostenible en armonía con el medio ambiente.
Educación ambiental: el corazón del proyecto
Uno de los pilares más importantes de Lacuniacha es la educación ambiental. Cada visita al parque es una oportunidad para aprender, reflexionar y conectar con la naturaleza. A lo largo del recorrido, los visitantes encuentran paneles informativos, puntos de observación, senderos botánicos y zonas de interpretación que explican no solo las características de cada especie, sino también las amenazas a las que se enfrenta y el papel que jugamos como sociedad en su conservación.
Esta labor educativa se ve potenciada ahora con la llegada de Lacuniacha Twin, una innovadora aplicación de realidad aumentada y virtual desarrollada junto a la empresa aragonesa Imascono. Con esta app, los visitantes pueden ver animales virtuales, interactuar con ellos, descubrir especies extintas como el bucardo o viajar 15.000 años atrás para conocer cómo era el ecosistema del Pirineo en el pasado. Esta herramienta convierte la visita en una experiencia inmersiva, accesible y profundamente educativa, especialmente pensada para niños, familias y escolares.
Fundación Lacuniacha Pirineos: un compromiso ampliado
El compromiso de Lacuniacha con la protección del entorno no termina en sus instalaciones. Fruto de esta filosofía nace la Fundación Lacuniacha Pirineos, una entidad que canaliza parte de los ingresos generados por el parque hacia proyectos educativos, científicos, culturales, sociales y medioambientales. Esta fundación permite al parque dar un paso más en su misión de impacto positivo, financiando acciones que contribuyan a la protección del medioambiente en el territorio y fomenten la sensibilización en la sociedad.
Conservar la fauna es conservar la identidad del territorio
La fauna pirenaica no es solo un conjunto de especies. Es parte del alma de la montaña, de su historia, de sus leyendas y de su equilibrio ecológico. Conservarla no es un capricho, es una obligación moral, ecológica y cultural. En un contexto de crisis climática, pérdida de biodiversidad y desconexión creciente con la naturaleza, espacios como Lacuniacha son más necesarios que nunca.
El parque demuestra que es posible otro modelo de relación con la fauna: uno basado en el respeto, el conocimiento, la educación y la acción. Un modelo donde los animales son protagonistas y los humanos aprendemos a ser aliados de su conservación.
Lacuniacha no es solo un lugar para ver animales. Es un espacio para conocerlos, comprenderlos y aprender a protegerlos.
Porque como dice su filosofía: solo se protege lo que se ama, y solo se ama lo que se conoce.