Ubicado en Piedrafita de Jaca, en pleno corazón del Pirineo Aragonés, Lacuniacha es mucho más que un parque faunístico: es un refugio, una escuela al aire libre y una verdadera isla de biodiversidad. Con 30 hectáreas de monte, este espacio alberga a más de 120 animales de 15 especies diferentes, todos ellos en amplios recintos que simulan su hábitat natural y donde viven en semilibertad. Muchas de estas especies han sido rescatadas, forman parte de programas de conservación o provienen de centros de recuperación. Aquí te presentamos 10 especies emblemáticas que puedes ver en Lacuniacha, tanto por su importancia ecológica como por su papel en la historia natural del Pirineo.
1.
Caballo de Przewalski
También conocido como Takhi, es el único caballo verdaderamente salvaje que existe en la actualidad. Se extinguió en libertad en 1968 y hoy apenas sobreviven 1.000 ejemplares en todo el mundo, gracias a programas de cría y reintroducción.
En Lacuniacha puedes ver de cerca a este símbolo de la conservación, con su cuerpo robusto, crines erectas y su singular historia de resiliencia.
2.
Bisonte europeo
El bisonte más grande del continente también estuvo al borde de la extinción. Gracias a programas europeos de conservación, su población se ha recuperado ligeramente, y Lacuniacha forma parte activa de esta red.
Su sola presencia impone respeto y admiración, y verlo en los claros del bosque del parque es una experiencia que no se olvida.
3.
Lobo
Pocas especies despiertan tanta fascinación como el lobo europeo, un depredador social, inteligente y clave para el equilibrio del ecosistema. En Lacuniacha puedes observar sus dinámicas de grupo, sus desplazamientos sigilosos y escuchar sus aullidos si tienes suerte.
Una especie que representa el vínculo ancestral entre la fauna salvaje y el imaginario humano.
4.
Oso pardo
Emblema de los Pirineos, el oso pardo es otro de los grandes protagonistas del parque. Aunque su presencia en libertad es muy limitada, en Lacuniacha se le puede observar con total seguridad en un entorno que respeta sus ritmos y necesidades.
Su fuerza, su curiosidad y su lentitud calculada lo convierten en uno de los favoritos de los visitantes.
5.
Lince boreal
El lince, gran felino del norte de Europa, también tiene su hogar en el parque. Ágil, sigiloso y de mirada penetrante, el lince es símbolo de los bosques salvajes y de los programas de recuperación de grandes carnívoros en Europa.
Su pelaje moteado y su andar elegante lo convierten en una de las joyas ocultas de Lacuniacha.
6.
Ciervo
Uno de los herbívoros más emblemáticos del paisaje pirenaico, el ciervo común es fácil de reconocer por su cornamenta ramificada y su imponente presencia.
En otoño, durante la berrea, los machos emiten potentes bramidos que resuenan por todo el valle, una experiencia natural que no se olvida. Aquí te contamos más sobre los cérvidos.
7.
Íbice alpino
Especialista en terrenos escarpados, el íbice alpino es un prodigio de adaptación. Con sus patas firmes y cuernos curvados, es capaz de moverse con agilidad por laderas imposibles.
En Lacuniacha se le puede observar en recintos de roca, recreando el hábitat subalpino de alta montaña que constituye su entorno natural.
8.
Zorro
Habitual del imaginario popular, el zorro rojo es uno de los habitantes más discretos del parque. Con su astucia y sigilo, se desliza entre la vegetación con movimientos rápidos y ágiles.
Aunque es posible verlo también en libertad en los alrededores del parque, en Lacuniacha podrás conocer mejor sus hábitos y su papel en el ecosistema.
9.
Gamo
Con su pelaje moteado y su elegancia al andar, el gamo es otra de las especies que fascinan a pequeños y mayores. Muy sociable y fácil de observar en grupo, representa el equilibrio entre belleza y adaptación al entorno.
Su cornamenta ancha y palmeada lo distingue fácilmente de otros cérvidos del parque.
10.
Muflón
Este tipo de oveja salvaje se reconoce por sus cuernos en espiral y su complexión compacta. Originario de regiones montañosas, el muflón es una de las especies más resistentes del parque, acostumbrada a los climas duros y al relieve rocoso.
Su presencia recuerda el vínculo ancestral entre los humanos y los herbívoros salvajes del Viejo Mundo.
Más allá de los recintos: la fauna autóctona libre
Una de las particularidades de Lacuniacha es que no cierra sus puertas a la fauna que vive en libertad. El parque ha sido diseñado para permitir la entrada y salida de animales autóctonos, lo que significa que, durante tu visita, también puedes cruzarte con ardillas, topos, tejones, aves rapaces, gatos monteses y muchos otros habitantes del entorno.
Conservar es conocer
Todas las especies que habitan en Lacuniacha —ya sea de forma permanente o como visitantes esporádicos— cumplen una función en su ecosistema. Conocerlas es el primer paso para comprender la importancia de conservarlas. Por eso, Lacuniacha no es solo un parque: es un aula viva de naturaleza, donde cada especie cuenta una historia de adaptación, supervivencia o recuperación.
La visita se complementa con paneles explicativos, un recorrido de 4 km adaptado al entorno y la posibilidad de aprender más a través de la app Lacuniacha Twin, que añade realidad aumentada y virtual para explorar especies extintas, como el bucardo, y viajar en el tiempo para entender cómo ha cambiado el ecosistema pirenaico.
Ven a verlas, conócelas, y ayuda a protegerlas
Cada animal en Lacuniacha es un embajador de su especie. Observarlos en un entorno de semilibertad, donde se prioriza su bienestar, es una experiencia que emociona, educa y transforma.
Porque como dice el lema del parque: Solo se protege lo que se ama, y solo se ama lo que se conoce.